30 marzo 2018

Shiraz

Llegamos a Irán en vuelo directo desde Barcelona con la iraní Mahan air, muy cómodo, no tiene pantallas con pelis pero estás en Teherán en cinco horas. Hicimos la visa on arrival, rápido, 20 minutillos, sin fotos ni seguro de viaje adicional, eso si 75 € del ala. El mejor cambio del viaje paradójicamente lo tuvimos en el aeropuerto internacional Imán Jomeini en una oficina situada en el primer piso, en la zona de salidas. De aquí cogimos un taxi para ir al areopuerto Mehrabad; a unos 50 km, para en vuelo doméstico llegar a Shiraz, nuestro primer destino en Irán.
Shah-e-Cheragh

En Shiraz nos alojamos en el Arg hotel, muy bien situado, muy buena habitación y desayuno decente. Comimos bien en el restaurante Sharze con música en vivo, junto a la mezquita Vakil.
Shiraz me encanto! Shah-e-Cheragh, es el mausoleo de uno de los hijos del Octavo Imán Reza. El mausoleo del imán está en Mashad y debe ser impresionante, es el lugar más sagrado del país.
Shah-e-Cheragh es el tercer mausoleo más sagrado de Irán, después del de Fátima, hermanastra de los de Shiraz, en Qom. Una guía del mausoleo nos hizo una visita guiada. Impresionante es la puerta de acceso entre el primer patio y la zona principal, aunque otro día entramos por un acceso lateral y también flipamos.
Boquiabiertos con los iwanes de la entrada.
Es viernes, estamos en Nowruz, doble fiesta, y hay bastante gente. Entramos a ver las tumbas de los dos hermanos que están en edificios diferentes. Las tumbas de plata son ultraveneradas por los iraníes les dan media vuelta y las tocan, hay una especie de biombo que separa la zona de hombres y la de mujeres. Todas las paredes son mosaicos de pequeños espejos que crean un espacio mágico.
 
Hay mujeres con chador negro y quitapolvos verde poniendo orden y a la caza del turista, en principio los no musulmanes no pueden entrar a las tumbas y tampoco se pueden hacer fotos con cámara pero si con móvil, no entendí muy bien la diferencia. Las mujeres tienen que llevar chador, que te prestan a la entrada, no deben llevar los labios pintados, de hecho, tiene las toallitas desmaquillantes a mano en la zona donde te cachean. El mausoleo no es solo una tumba, dentro hay distintas salas donde la gente reza, habla, medita o descansa. Hay muchísima gente.

En el patio hay fuentes con agua potable, que luego veremos en otros lugares de Irán. Es primavera y el olor de las flores que rodean el estanque es más que evidente, que gusto sensorial. La cúpula es exquisita, fina y delicada, no se si suena cursi pero esa fue la sensación que me produjo.

Volvimos por la noche para verlo iluminado, precioso,... y otra vez antes de irnos, fue el monumento que más me gusto de Shiraz.
Pero vimos otros, …, hay en la ciudad otro mausoleo de Hossein, Imanzadeh les llaman cuando el enterrado es de la familia del Imán. llegamos cuando el muecín llamaba a la oración de la noche, había bastante gente rezando en el patio de la entrada, y con la iluminación nocturna de la mezquita fue muy chulo, auténtico. Otra vez con chador, nos hicieron la visita de rigor, el chico en cuestión estaba haciendo la tesis en Química, muy amable, nos saco un té en una sala espectacular y luego casi no nos deja irnos, qué efusividad! El mausoleo es chulísimo, el típico azul y turquesa iraní.
La mezquita Atiq y la Vakil están cerradas durante tres días, el sábado celebran el cumpleaños de un imán y solo dejan entrar con acreditación para una especie de oración o retiro. Estamos en Nowruz, la fiesta del año nuevo persa, hay muchos turistas iraníes y en muchos sitios están las mesas con siete cosas que empiezan con s en farsi, cada una de ellas con un simbolismo: manzanas, trigo, ajos, frutos secos y otros objetos que dan buena suerte como
huevos pintados, monedas, peces, corán,... La fiesta es preislámica y está muy vinculada a la naturaleza.
A falta de mezquita Vakil, una pena,... vagabundeamos por el bazar Vakil y entramos a los baños Vakil, Vakil a gogo.
Casi todo esto, así como otros muchos edificios de la ciudad fueron construidos en época del rey Karim Khan de la dinastía Zand en la segunda mitad del siglo XVIII. Muchos lugares en Shiraz fueron construidos bajo su mandato, de hecho, la ciudadela era uno de sus residencias. Los baños no merecen la pena, encima han puesto unos muñecos de cera como para explicar cada sala que en fin, no se si me parece buena idea… La zona de la ciudadela es muy agradable, con 4 torres cilíndricas de ladrillo en las esquinas con dibujos geométricos, hay jardines en la parte que da a la zona peatonal de la avenida Zand y las familias y amigos extienden sus alfombras y están de tertulia o descansando, es una costumbre muy extendida en Irán.
Visitamos la mezquita de Nassir-ol-Molk, la archifamosa mezquita rosa, fuimos a primera hora de la mañana para ver cómo filtra la luz a través de las vidrieras de colores, bonito, demasiados turistas haciendo tonterías con las fotos. Por fuera también es preciosa, los motivos decorativos son rosas, que es el símbolo de Shiraz, conocida como la ciudad de las rosas y el vino, … ejem, y de los poetas, porque son de Shiraz dos de los poetas más conocidos en Irán, Hafez y Saadi.
Un día a la noche fuimos a la tumba de Hafez, místico sufí del XIV, ambientazo a las 10 de la noche, estaba petado! Hay muy pocos turistas extranjeros, así que nos hablan, nos paran, se hacen fotos con nosotros y una familia nos invitó a su casa, es el famoso Taruf, te invitan tres veces y tu dices que no y si te invitan la cuarta es que la invitación ya va en serio. La politically correctness en versión iraní . No sé, no sé, … costumbres.
Visitamos un par de jardines con sus palacetes, el de Eram, en la zona universitaria, lleno de familias iraníes pasando el dia, disfrazando a los niños y haciéndoles fotos, nos llama la atención la importancia de la familia, vimos hasta tres generaciones juntas y se les ve disfrutar con cosas sencillas. Hay varios canales de agua, qanats, hileras de cipreses bastante altos un estanque y el palacio de Muhammad Gholi Khan, con azulejos que representan escenas del libro de los reyes de Ferdousi.
También visitamos Qavam house y los jardines Narenjestan, de los naranjos, muy bonitos, profusión floral, muy primaveral y qué bien huele! La casa del XIX tiene un salón de espejos bastante fotogénico y techos con vigas de madera pintados con motivos europeos.

Nos queda un muy buen recuerdo de Shiraz y ganas de volver.


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