Un autobús nos llevó en 3 horas a Kashan, “un oasis en el desierto de Kavir” que decía el shah Abbas I, que de hecho está enterrado en esta ciudad. Es una ciudad de adobe, tipo Yadz, con torres de ventilación o badgirs, merece la pena perderse entre las callejuelas de adobe, aunque tampoco hay que proponérselo para conseguirlo.
Visitamos las casas históricas de Tabatabaei y Abbasi, de finales del XVIII principios del XIX, la primera era de un mercader de alfombras.
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| Tabatabaei house |
Kashan tiene fama mundial por sus alfombras, azulejos, seda y rosas. Había agua de rosas por todas partes. La segunda casa era de un jeque. La visita merece mucho la pena, tienen varios patios con estanques, torres de ventilación , habitaciones para servicio, la familia y para los negocios. Son muy ostentosas, paredes recubiertas con estuco, vidrieras de colores, salas de espejos,... Tenían una zona para verano y otra para invierno, y se notaba la diferencia, en la de verano se estaba fresquito, llegaba directamente la torre de ventilación, el aire acondicionado más sostenible que he visto nunca!
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| Abbasi house |
Fuimos a los baños del Sultán Amir Ahmad, originarios del siglo XVI destrozados por un terremoto y reconstruidos en época qajarí. Son muy bonitos y se puede subir al tejado para andar entre las cúpulas y tener vistas de las torres de ventilación, especialmente fotogénico es el badgir de la casa Borujerdi, un poco gaudiano y también la casa Ameriha, parece muy restaurada.
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| Badgir de Borujerdi house |
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| Ameriha house |
La mezquita Agha Bozorg es curiosa porque se accede directamente al segundo piso, en el primero esta la madraza.
Nos alojamos en Ehsan Traditional Hose, que tiene un patio muy agradable para las comidas o descansar un rato entre arbolitos con el sonido del agua, relajante. La ciudad parece bastante conservadora, hemos visto bastantes carteles en inglés, osea para turistas, con referencias a la mujer, relacionándola con una ostra que debe guardar la perla o explicando que el hijab no es una cárcel sino una forma de protección. También hay muchos carteles de los mártires de la guerra Irán-Irak pero eso no sólo en Kashan.
Fuimos a los baños del Sultán Amir Ahmad, originarios del siglo XVI destrozados por un terremoto y reconstruidos en época qajarí. Son muy bonitos y se puede subir al tejado para andar entre las cúpulas y tener vistas de las torres de ventilación, especialmente fotogénico es el badgir de la casa Borujerdi, un poco gaudiano y también la casa Ameriha, parece muy restaurada.
Nos alojamos en Ehsan Traditional Hose, que tiene un patio muy agradable para las comidas o descansar un rato entre arbolitos con el sonido del agua, relajante. La ciudad parece bastante conservadora, hemos visto bastantes carteles en inglés, osea para turistas, con referencias a la mujer, relacionándola con una ostra que debe guardar la perla o explicando que el hijab no es una cárcel sino una forma de protección. También hay muchos carteles de los mártires de la guerra Irán-Irak pero eso no sólo en Kashan. 
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