13 julio 2018

El valle de la Dordoña y Rocamadour

Visitamos algunos de los preciosísimos pueblos de la Dordoña. Mi preferido fue Carennac, me encantó! Me quedé estupefacta ante la vista que se abre al llegar con el coche, un puentecito y una sucesión de casitas preciosas, tejados, torres cilíndricas coronadas con conos, buaaa... 
Tiene lo que fue un supermonasterio cluniacense del 1047.  De románico ahora solo queda la iglesia de San Pedro del siglo XI y merece mucho la pena, tiene un tímpano del XII cuyo Cristo en la mandorla, en alguna medida, recuerda al de Moissac, una estupenda bóveda de cañón y en algunas zonas quedan restos de la policromía. En la bóveda de una capilla de la nave lateral izquierda hay unos frescos relativamente bien conservados del tetramorfos.  
El resto de las dependencias del monasterio fueron destruidas en la guerra de los Cien Años y reconstruidas posteriormente, en estilo gótico. 
El pueblo fue creciendo alrededor del monasterio. Hay preciosas casas renacentistas de los siglos XV y XVI, la residencia de los Deanes con su torre,..  El camino para llegar allí es super agradable, un valle precioso junto al río Dordoña. 

Loubressac está en lo alto de un circo y más de lo mismo, cuando te acercas a estos pueblos la postal es de cuento. Es muy pequeño, se pasea enseguida y tiene bonita vistas del valle. 

También visitamos Autoire, una preciosidad del mismo estilo con casas flanqueadas por torres cilíndricas. Dejamos en el camino Curemonte, que tenía buena pinta pero hay que elegir y al final el estilo de los pueblos es el mismo.

Rocamadour ha sido un centro de peregrinación desde el medievo, la disposición del pueblo es espectacular en una roca calcárea vertical encima del cañón de Alzou, en tres niveles. 
En lo alto está el castillo que actualmente es propiedad privada y solo se puede acceder a la muralla, para hacer fotos de las vistas y esas cosas. 
En el nivel intermedio está el santuario con varias iglesias, la venerada imagen de la Virgen Negra del siglo XII, la cripta de San Amadour y la capilla de Saint Michel con unos frescos que no pude ver porque no coincidimos con la visita guiada.
Y en el nivel inferior está el pueblo, que hoy es una sucesión de restaurantes y tiendas de souvenirs. 
Para subir del pueblo al santuario hay que salvar la Gran Escalera de los Peregrinos con sus 216 peldaños que algunos penitentes subían de rodillas. Hoy hay ascensor de pago desde abajo hasta el castillo, pero no merece la pena. Del santuario al castillo se sube por una cuesta en zig zag arbolada con un vía crucis hasta llegar a la cruz de Jerusalen. 
El lugar es bonito sobre todo por el tema de la roca, la disposición vertical y los muros altísimos del santuario que remarcan la verticalidad del conjunto. De la historia religiosa que lo rodea ..., no me quise ni informar más, merchandising religioso en mi opinión, donde esté Conques...
     
Acabamos cenando en Martel a las 21:30 de la noche y en Francia! Ela plaza de las Halles cubierta por un bonito artesonado de madera, tres o cuatro animados restaurantes ponían ambiente, un lujo cenar aquí! 

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