21 julio 2016

Chengyang

Entramos en la provincia de Guangxi. La parte que hemos visto de Guizhou es muy virgen en cuanto a paisaje y en cuanto a la forma de vida de los aldeanos. En la montaña conviven coníferas con bambús, helechos gigantes y arrozales. Las mariposas son del tamaño de una mano y las libélulas super helicopteros. En los pueblos puedes ver estampas ya olvidadas por nosotros, polluelos siguiendo a la gallina, gallos peleandose, perros, gatos, cerdos, bueyes, vacas, patos,... paseandose por las calles entre la gente. Balanzas romanas, ruecas, molinos, tejedoras, destiladoras, hoces, ...
Las dos zonas montañosas que visitamos tienen muy malos accesos, estrenamos carreteras, otras tienen pocos años aunque ya están echas polvo y a veces directamente el camino no estaba asfaltado. Hay muchos desprendimientos.
No vimos ni un turista, ni siquiera chino, fue una suerte poder tomarle el pulso cotidiano a esas pequeñas aldeas dong y miao que están suspendidas en las laderas pero sobre todo en el tiempo.
El primer pueblo que visitamos en Guangxi, Fulu, tiene un mercado con mucho textil de ropas y telas tradicionales miao.
Siguiente etapa Chengyang, ahí esta el famoso puente quen realidad se llama Longji, y otros dos puentes más el de Helong y el de Puji, junto con 8 aldeas de dong del sur y unos paisajes chulos de plantaciones de te, arrozales y regatas.

Dimos un paseo de 6 horitas precioso por la zona, arrozales, campos de te, regatas, mariposas, libélulas,...
Vimos arbol de te y su fruto que se usa para hacer aceite para picotazos y dermatitis y los chinos lo usan para cocinar. Huele mal y debe ser caro. 
Hay muchas casas en construcción en los pueblos, algunas de madera bonitas y otras muchas de ladrillo, casi siempre sin orden ni concierto. No hay que pedir permiso de obras, todo el suelo es estatal, construyes donde quieres y como puedes y si alguna vez el estado te quiere expropiar ya te indemnizará por tu casa. 
Las torres del tambor son el centro de jubilados del pueblo que aquí tienen planta cuadrada, televisión y no tienen cuarto para el buey de agua. Las mujeres tienen una pequeña construccion aneja más humilde. Los puentes de viento y lluvia son un invento fantástico! Qué airito corre por ahí! Qué bien se está cuando el sol aprieta fuerte! También son un lugar para socializar, echar una partidita de cartas y la siesta, claro!
Fuimos a un espectáculo folclórico de los dong del sur con sus instrumentos artesanales. Bien.
El calor húmedo empieza a apretar por aquí, entramos en modo sauna!

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