El valle del río Pi es paisajísticamente muy chulo, colinas verdes, frondoso, la tierra roja arcillosa, el río marrón chocolate, ... Por contra los pueblos feuchos. Yunlong en concreto que es donde dormimos es una pequeña ciudad con edificios altos y feos y con luces de neón en medio de un entorno montañoso, un espanto, vaya! Desde allá se ve un meandro que hace el río como si fuera el yin y el yang pero no lo vimos porque hay que ganar altura para verlo y estaba todo en obras. Cuántas obras vimos! De casas y también de infraestructuras, están haciendo la alta velocidad desde Chengdu hasta Kunming.
Comimos en Lanping en un garito que cuando entramos no cabía más porquería en el suelo, los restos de la comida, peladuras de gambas, ... Todo va al suelo! Rápidamente lo adecentaron y la comida en la tónica habitual del viaje buenísima. Qué bien se come en China, el wok, la frescura de los alimentos, la forma de trocearlos,... Es una cocina buenísisima!
En el valle del Pi fuimos a ver varios puentes que tienen 300 años. Visitamos el pueblo de Shundanjing en la ladera de la montaña junto al río. Estuvimos con los lugareños bai viendo un templete y le hicimos una visita a su protector el guerrero oscuro y misterioso.
A lo largo de todo el valle hay distintos tipos de puentes que cruzan el rio Pi, colgantes, de lianas,... Siguiendo por el valle vimos el puente de Tongjing, parecido al de Kaifeng y más adelante el puente colgante de Amlang.
A la mañana siguiente fuimos a Nuodeng, es un pueblo de adobe y barro en la ladera de una montaña. Nuodeng está dentro de la ruta de las caravanas del te y el caballo y es conocida por la extracción de sal, con la que entre otras cosas curan jamones.
Los bai conservan el estilo de vida tradicional, nos encontramos con caballos subiendo y bajando las escaleras de piedra de las empinadas calles, en las casas había ruedas de piedra para moler soja y hacer tofu... Los lugareños son muy simpáticos y te invitan a entrar en sus casas. Muchas de ellas eran casas oficiales enormes que luego Mao obligo a compartir entre varias familias más humildes. Tienen una especie de altar en el patio y las puertas de madera están muy trabajadas.
El pueblo tiene también varios templos en la parte alta, uno confucionista y otro taoísta con la figura de un guerrero organizado, honrado y exitoso que a veces aparece en las entradas de algunas empresas a modo de guía, ejemplo y cosas de esas.









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